25 d’abril 2006

Más de libros

Para los que, después de la vibrante diada de Sant Jordi, quieran enriquecer sus lecturas, me permito hoy comentarles tres textos de diferente estilo.
El primero es la última novela de la barcelonesa Olga Merino "Espuelas de Papel", que con esta lleva dos y las dos son un acierto, que nos sitúa en la emigración a Barcelona de una joven andaluza con su familia, en los años cincuenta, huyendo del hambre y la pobreza. Es una narración de fácil lectura, llena de emoción y descripciones de una época de privaciones y falta de libertad. Un relato que nos retrata una realidad que muchos han vivido en nuestro país en primera persona - a la que hacíamos referencias el pasado jueves en el acto de reconocimiento de los alcaldes y concejales de nuestra ciudad en la época de la República Española - y que otros, de forma distinta pero con elementos comunes, empiezan a vivir ahora. Una novela, según palabras de la propia autora, "hecha desde el profundo respeto tanto a quienes tuvieron que emprender el azaroso camino de la inmigración como al pueblo que los acogió, en este caso el catalán".
El segundo texto "Cortafuegos" es de uno de los autores más importantes de la novela negra, el sueco Henning Mankel, de la que nuestro Manuel Vázquez Montalban fue un gran precursor. Se trata, otra vez, de las andanzas de su personaje, un depresivo inspector que debe de aclarar un caso de asesinatos incomprensibles. Relato de intriga, con contenido social y político, sobre la marginalidad y los problemas sociales que la globalización nos plantea.
La tercera novela, "La Comedia humana", de Willian Saroyan, es un retrato costumbrista en el que el protagonista que trabaja como mensajero para una compañía de telégrafos y se convierte en testigo de la vida cotidiana de los habitantes de Ithaca, una pequeña población de California, ve como muchos de sus soldados, en plena Segunda Guerra Mundial, no regresan del frente. Cada telegrama que entrega es el nuevo anuncio de una nueva víctima, una ventana que se cierra en el entorno familiar del desaparecido y, a la vez, un paso más en su conocimiento del mundo y del comportamiento humano. Todo el relato respira y transmite esperanza y, a pesar de las dificultades, la vitalidad y la candidez dibujan un inolvidable alegato contra lo absurdo de todas las guerras. Del final me gustaría decir algo pero no quiero estropear la lectura a quienes tengan intención de hacerlo. Refrescante y agradable.

0 Comentaris:

Publica un comentari a l'entrada

<< Inici