Que no se borre la historia

El próximo sábado, 10 de noviembre, a las 19 horas, tendrá lugar en el Patronat Cultural i Recreatiu la presentación del segundo volumen de “Peatones de la historia” que edita la Associació per a la Memòria Històrica i Democràtica del Baix Llobregat, en una labor encomiable de su presidente, el amigo Paco Ruiz Acevedo.
Este segundo volumen recoge también relatos de personas que vivieron el franquismo y el inicio de la transición siendo muy jóvenes, aportando así otro punto de vista que complementa el de las personas que sufrieron la lacra de la dictadura en la plenitud de su vida.
Todos nos debemos felicitar por estas iniciativas y por el proceso que nuestro país está realizando en la recuperación de la memoria de un tiempo pasado, del que hay que aprender para que no vuelva a ocurrir nunca más. En Catalunya el Parlament ya ha aprobado la Ley de la Memòria Històrica y en el Estado ya la ha aprobado el Congreso de Diputados y está camino del Senado.
Recordar la guerra civil y la dictadura, tener presente a las personas que sufrieron estas atrocidades y que hasta ahora estaban ignoradas, tratando a todos por igual, es un acto de justicia que nos dignifica como personas y que nos reconcilia como país. Recordar historias y testimonios como los que aparecen en el reportaje publicado el domingo 4 de noviembre en el diario El País, nos hace más fuertes a nosotros y a los valores de la democracia. Por otra parte, hoy en El Periódico J.J. López Burniol da otra visión que evidentemente no comparto, pero que, con el ánimo de abrir otras miradas, creo que se debe tener en cuenta.
Por mi parte, creo que estamos cumpliendo, así, la voluntad de aquellos que sucumbieron fruto de la barbarie -tal como le pide Julia Conesa a su madre, antes de ser fusilada el 4 de Agosto de 1939 con 19 años, una vez acabada ya la guerra, junto a otras mujeres en el episodio de las “13 Rosas”, ahora llevado al cine- que mi nombre no se borre de la historia.