19 d’octubre 2007

La placidez del franquismo

Con pasmosa tranquilidad el sector más duro de nuestra actual derecha sigue ensalzando el franquismo. Lo hacen con afirmaciones sorprendentes como “muchas familias lo vivieron con naturalidad” y en algunas zonas del País Vasco “era una situación de extraordinaria placidez”, de la mano de un ex ministro.
Es asombroso e indignante con que frivolidad se manejan términos y se apoya un período que causó sufrimiento y dolor a muchas familias españolas, que supuso un lastre social, cultural y económico para el país y que guillotinó totalmente nuestra libertad de expresión. ¿Es esa realmente una “situación de extraordinaria placidez” ?
A tenor de estas declaraciones, puedo asegurar que el señor exministro no estuvo en nuestra comarca. No presenció la represión, la detención de obreros, la fuerza empleada para desactivar asambleas, la falta de libertad para reunirnos y defender nuestros derechos o manifestar nuestras ideas; sin duda una situación que tuvo muy poco de “plácida”.
Con ello se evidencia una vez más que el pensamiento radical de extrema derecha todavía tiene muchas voces en este país. Pero no me sorprende, ya que viven instalados en el maniqueísmo de los símbolos y en permanente contradicción, haciendo estas declaraciones por un lado, y por otro ofendiéndose cuándo se les recuerda a muchos de ellos su nula defensa de la democracia cuándo vivían placidamente en la larga noche.
Probablemente no saben como sentirse más cómodos, añorando o disimulando, mala actitud, por eso, sin ánimo de dar lecciones, les recomiendo una lectura, por cierto nada placida, una historia intensa de cruel miedo y marmóreo silencio escrita por Ramiro Pinilla: “La Higuera”. Miles de personas sufrieron en primera persona las consecuencias de la guerra civil y el régimen dictatorial posterior, como mínimo se merecen respeto y no sandeces.

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