Confiar en la vida

Como expreso al inicio de este blog, este espacio representa también para mí un lugar de reflexión personal. Al desearos un buen verano, os deseaba que nos volviéramos a reencontrar para continuar disfrutando de nuestros espacios personales en nuestra ciudad. Por ese motivo, he decidido trasladaros esta breve reflexión, probablemente si no lo hiciera, me defraudaría a mí mismo.
En estos tiempos que corren, de profundos cambios, ir acelerado está incorporado a nuestra manera de ser y de vivir. En muchas ocasiones esta actitud no nos permite darnos cuenta de los pequeños protagonistas más próximos en nuestro día a día, o de las pequeñas cosas que forman parte de nosotros, la mayoría creemos que son perennes, infalibles, algo así nos pasa cuando obviamos que la vida representa el estado de duración de las cosas.
En ocasiones el tiempo se presenta de forma amarga y te obliga a aproximarte a otra realidad, que existe pero para ti es desconocida y aunque no seamos conscientes de ello, descubres con asombro otros lugares dónde hay gente que está trabajando para, a través de sus acciones y conductas, devolverte el entusiasmo por la riqueza de nuestra vida. Cultivan desde la serenidad y la paciencia, poder devolverte la oportunidad de experimentar otras sensaciones. Y es en ese preciso instante, dónde nuevamente tienes presente que la vida es nuestro mejor patrimonio. Pero el tiempo no se detiene, ni sabe de milagros, por ese motivo confiemos en la vida, y sobre todo trabajemos por ella con nuestras fuerzas más profundas.