25 de setembre 2006

Convicción y franqueza

Este fin de semana he tenido la oportunidad, en la Festa de la Rosa que los socialistas hemos celebrado en Gavà, de intercambiar algunas reflexiones con Zapatero, el Presidente de Gobierno, y José Montilla sobre algo que creo imprescindible e insisto permanentemente: la necesidad de transmitir sólidas convicciones y trabajar con la franqueza necesaria para llevarlas a cabo.
Convicciones y franqueza que, junto al compromiso, conforman la base indispensable para poder contribuir a los cambios necesarios que nuestra sociedad requiere y proyectar un futuro colectivo apasionante.
La franqueza se conforma en ser claros, decididos y saber gobernar sin mediastintas, sin dar pie a las dudas o a los claroscuros.
La convicción nace del principio de que todo no es siempre posible y, muchas veces, hay que priorizar, esperando terminar una cosa para poder empezar otra, y es preferible en política decir que “no”, que sembrar un mar de dudas que pueden llevarnos a las falsas promesas.
Eso sí, siendo siempre permeable a la opinión de los demás. Manteniendo y cumpliendo la palabra dada, aunque a veces no dependerá sólo de nosotros sino de las estructuras y recursos que nos envuelven.

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