10 de març 2006

Memoria histórica y homenaje a las mujeres del 36

La memoria histórica nos permite recordar, reconocer, hablar de las vidas atormentadas, pero también de los rincones llenos de felicidad, de las dificultades, del papel de la mujer, del coraje por avanzar. Aunque a algunos les moleste recordarla, es una forma de aprender y forma parte de nuestra cultura, de nuestra vida, de nuestra identidad como personas y como pueblo. No debemos tener miedo a recordar. ¿por qué tener miedo? ¿miedo a qué?. Todos somos conscientes de que la historia se escribió de una manera muy concreta y otra se silenció injustamente, no podemos renunciar a una realidad que tiene nombres y apellidos, no hay que tener miedo, porque, afortunadamente, hoy todo el mundo puede expresarse libremente.
Por ese motivo el acto del homenaje a la mujeres de Cornellà que vivieron la guerra civil española, realizado el miércoles, con motivo de la celebración del Dia Internacional de la Dona Treballadora, fue un acto muy emotivo en el que coincidieron varias generaciones de mujeres y con el que quisimos agradecer la labor de todas aquellas mujeres anónimas que sufrieron pero que superaron los contratiempos con fortaleza y valentía. Es realmente admirable, y recordar sus vivencias nos reafirma en la reflexión de que la libertad y los derechos de las personas son incuestionables, y eso debemos trasmitirlo a los más jóvenes para que puedan valorarlo y respetarlo.
Pero ahora se abren nuevos tiempos de vida y de trabajo, o mejor dicho, tenemos la obligación, la responsabilidad histórica de abrirlos desde la conciliación, el respeto, el diálogo y la igualdad de hombres y mujeres. Una igualdad que tiene su reflejo en la Ley de Igualdad aprobada la semana pasada por el actual Gobierno central.
Esta semana hemos podido reflexionar sobre la igualdad y la memoria histórica a través de diversos actos que han tenido lugar en la ciudad. He explicado que es momento de levantar la hojarasca de la hipocresía, que debemos dejar atrás los rencores, los miedos a la libertad, a la autonomía de la mujer. Tenemos que habilitar nuevos espacios igualitarios, sin que a nadie se le tenga que condenar a ser un barco a la deriva.
En estos actos hice referencia a un libro de la escritora italiana Susanna Tamaro “Donde el corazón te lleve” , basado en la relación de una abuela que transfiere a su nieta, su vida, y como ante la encrucijada de decidir y actuar lo deja al dictado del corazón. Nuestra ciudad también de vez en cuando deja abrir su corazón y late al ritmo de la solidaridad, de la justicia y de la igualdad, todo un ejemplo de ciudad madura.

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