29 de gener 2007

Dolor y orgullo

Dolor en primer lugar, porque es la sensación que llevamos en el cuerpo todos a los que nos ha tocado vivir la conmoción de lo sucedido el viernes en Almeda. Como vecino me tocó vivirlo en los primeros minutos de incertidumbre, y sentir el dolor de ver a amigos y vecinos afectados. Y dolor, sobre todo, ante la tragedia de que una persona de tan corta edad pierda la vida de manera tan injusta.
Conforme han pasado las horas, también os he de mencionar el orgullo, el orgullo de poder contar con una ciudad que dispone de tanta gente que manifiesta su solidaridad, y tanta calidad humana. Cornellà ha respondido de manera ejemplar: sus vecinos, empresas, comercios, voluntarios, equipos de emergencia… De verdad, gracias a todos y todas, hoy me siento especialmente orgulloso de vivir en esta ciudad, de trabajar para vosotros. También quiero agradecer al equipo humano que he tenido alrededor, que se puso manos a la obra desde los primeros minutos para dar una respuesta de manera tan inmediata, por su entrega, su voluntad y su esfuerzo.
La mezcolanza de dolor y orgullo abre esta semana. Aunque más tristes, esta experiencia nos muestra que podemos seguir adelante, con confianza y con esperanza.

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