06 de novembre 2006

Dialogar y pactar

No todos los días nos examinamos para evaluar el efecto y alcance de nuestra responsabilidad, y cuándo llega el tiempo de revalidar nuestra actuación y nuestras propuestas lo hacemos pendientes del dictamen de las urnas. La participación está relacionada con muchos factores y nunca se ha podido determinar de forma exacta y precisa cuales son las motivaciones que conllevan el uso o no de ese derecho.
Lo que no podemos hacer es desmerecer ni mostrar impotencia frente a aquellos que participan y ejercen el derecho de emitir su juicio y apoyo a las diferentes opciones que se presentan.
Aunque desconozcamos los factores que han afectado a la baja participación en estos últimos comicios, es del todo evidente que una parte de responsabilidad es de los que nos ocupamos de conectar e intentar articular el ejercicio de nuestra actividad pública desde la vinculación con la vida cotidiana. Las responsabilidades son nuestras cuando al acercarnos a una campaña electoral todos perdemos de vista lo que implica la génesis de la política. Probablemente no ayuden mucho esos mensajes cortos, generalistas, ni tampoco actitudes cómicas, arrogantes o de suficiencia. Comprendo la necesidad de la síntesis, pero creo necesario combinar “mensaje” con algo tan imprescindible como es la pedagogía política para explicar el camino a recorrer en referencia a lo que queremos hacer y los costes que hay que pagar para alcanzar nuevas cuotas de bienestar y progreso.
Pero hay algo claro y es que una vez han hablado las urnas, hay un sector de la sociedad, los responsables públicos, que debemos iniciar una nueva etapa, la de interpretar y ajustar nuestras actuaciones a esa realidad.
Cuando los ciudadanos dictaminan que no hay mayorías políticas suficientes y claras, entra en vigor la obligación de los responsables políticos de reflexionar y construir dialogando acuerdos amplios. El diálogo se debe hacer sin exclusiones, escuchando todas las razones, y el pacto debe ser el resultado de la suma de aproximaciones en el campo de las ideas para construir proyectos comunes que afecten a la vida cotidiana de la ciudadanía.
Sobre esta base es necesario iniciar caminos de confianza. No vale aquello de que “los ciudadanos no han determinado votando…”, y tanto que si, por ese motivo, hoy vuelvo a recordar lo que dijo Gemma Nierga a todos los políticos tras el asesinato de Ernest Lluch: “Ustedes que pueden, entiéndanse”. Ese es a mi juicio el resultado inapelable de esta últimas elecciones, y creo que debe servir para construir una mayoría sólida, seria, identificada con resolver los retos sociales y económicos de nuestra sociedad.

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